Ser un lunático: una habilidad para los líderes del futuro.

Lunático, lunática, es según la RAE aquel o aquella «que padece locura, no continua, sino por intervalos

Vivimos en un contexto de cambio acelerado. Parece que es algo característico de la sociedad humana desde hace tiempo. Quizás lo sea también en el futuro de manera indefinida. Sin embargo, a la mayoría, en el día a día, nos cuesta mucho ser conscientes de lo rápido que son estos cambios que ocurren a nuestro alrededor. Tomamos decisiones sin ver este condicionante tan importante de incertidumbre y cambio rápido. Si somos o tenemos cerca una persona que nos puede guiar con una visión que tenga en cuenta la frontera entre el presente y el futuro, tomaremos mejores decisiones, nuestro grupo, nuestra empresa, nuestra institución, nuestro gobierno, nuestra familia, tomará mejores decisiones.

En esta reciente conferencia de Alfons Cornellà en la UPV y de manera más sintética en esta entrevista en la radio (en catalán) se da una respuesta concreta a la pregunta de cómo serán los líderes del futuro, qué atributos tienen las personas que sí tienen una visión más completa y pueden liderar grupos de todo tipo. Liderar para resolver con mejores decisiones en un entorno de cambio rápido. Este nuevo tipo de perfiles, buscados ya explicitamente por las empresas más innovadoras, y que serán muy necesarios en el futuro en todos los ámbitos de la sociedad, tienen una mezcla de habilidades de conexión entre lo que ocurre dentro del grupo y lo que ocurre fuera, que les permiten adaptar a los cambios sus decisiones y su capacidad de generación de soluciones.

El análisis de Alfons Cornellà y equipo es que entre estas habilidades destaca la habilidad de la curiosidad, de tener interés por lo que es nuevo y en consecuencia recoger información de manera intensa, para conectar el contexto interno con el externo de nuestro grupo. En conversación con Lucas Martínez Clar y Diego Martínez Penades discutimos sobre cómo promover la curiosidad en la universidad, y cómo convertir esta idea en acciones concretas. Concretar en nuestro entorno profesional particular: la actividad de investigación académica y en la actividad de gestión de la propia investigación. No es nada fácil. Aunque parezca contradictorio desde fuera, la universidad favorece poco la curiosidad como vía de respuesta a problemas internos.

En la literatura sobre neurociencia se habla de curiosidad e interés como dos atributos muy relacionados aunque diferenciados [1]. Los dos tienen que ver con ver la búsqueda de información como algo gratificante en si mismo, pero difieren en que la curiosidad está activa a corto plazo mientras que el interés está activo de manera constante y conduce a una verdadera profundización de conocimiento. A veces en la literatura se habla igualmente de ‘curiosidad profunda’ (deep curiosity) cuando se habla de esta habilidad a más largo plazo.

Muy interesante también es el estudio de la relación entre curiosidad y creatividad, que a priori parece evidente, pero que el análisis empírico pone en duda [2-4]. Si la creatividad es la capacidad de transformar conocimientos, ideas u objetos existentes en algo novedoso e interesante, la curiosidad en muchas personas seguramente es necesaria pero no suficiente para ser creativos. En cualquier caso, en general parece que hay un componente innato de base y que también la curiosidad puede aprenderse y aumentarse en muchas personas. Al final de este artículo propongo algunas actividades prácticas que creo que pueden ser efectivas para acostumbrarnos a ser más curiosos, tanto a corto como largo plazo, como herramienta que aumenta una capacidad de decisión más creativa.

Algunas personas muy creativas, que operan con una curiosidad extrema y una visión divergente de la mayoría, pueden parecer locas; o si es algo que controlan y ocurre solo en los intervalos que ellas deciden activar, podríamos llamarlas lunáticas. Ser un lunático puede ser entonces una habilidad muy potente para la toma de decisiones, en el sentido en que en la locura y la creatividad la mente funciona en parte de manera muy parecida. Nos puede ayudar a tener una visión más amplia de lo que ocurre a nuestro alrededor, a encontrar soluciones mejores frente a decisiones en un mundo más complejo y cambiante. Poder ser curioso y creativo en momentos y problemas que lo requieran, no de manera constante.

Las actividades que pueden ser útiles para aprender la habilidad de la curiosidad se pueden resumir en rodearse a veces de lunáticos y aprender a ser un lunático:

Organizar grupos o proyectos en los que casi todos son unos lunáticos. Cuando el principal requerimiento es una solución innovadora, muy creativa, es útil la sinergia de un equipo con muchas personas creativas, divergentes, con background diferente. Estos perfiles se retroalimentan entre ellos. La experiencia demuestra que las personas que no son tan creativas pueden sin embargo dejarse llevar por este entorno y poner sus funciones ejecutivas en un máximo creativo. Esto se activa si en el grupo la mayoría de sus miembros tienen un perfil de este tipo, por ejemplo 3 de cada 4 o 6 de cada 8. Si hay una mayoría de perfiles más ‘normales’, entonces no funciona porque los perfiles lunáticos no son suficientes para activar al resto.

No descartar las ideas absurdas o locas que se nos ocurren. Cuando tenemos una idea absurda solemos descartarla inmediatamente y no preguntarnos porqué se nos ha ocurrido. Es un buen entrenamiento hacer el ejercicio de explorar estas ideas, ponerlas a prueba como haríamos con una solución más evidente, y ver qué pasa. Quizás queda más claro con un ejemplo. En la imagen hay una piedra plana, del tamaño de un teléfono móvil. ¿Qué uso se le podría dar? Escríbeme un correo con las ideas que se te ocurran, aunque parezca una idea obviamente inútil, y haré al final una lista de ideas a ver hasta dónde llegamos.

Fijarse en aquello que sobra, que es marginal o parece accidental. Fijarse en lo que no es parte de la actividad principal en la que estamos involucrados. Hay mucha información, mucho brote con el que alimentar la curiosidad, en todo lo que ocurre en los márgenes, las orillas, de una actividad o un problema. Las migas de pan que quedan en el mantel después de una comida. Hay muchas o pocas migas, quien las ha dejado, había migas pero las han recogido, alguien más ha dicho algo sobre las migas… Creo que empiezo a sonar como un lunático.

Ideas sobre usos de una piedra plana:

(1) Posavasos que no se lleva el viento. Para terrazas, mesas en exterior, en las que se puede dejar la piedra de manera permanente para usar como posavasos sin preocuparse de que el viento lo vaya a tirar como un posavasos normal de cartón o plástico.

(2)

Referencias:

[1] Suzanne E Hidi, K Ann Renninger. On educating, curiosity, and interest development. Current Opinion in Behavioral Sciences, Volume 35, 2020, Pages 99-103. https://doi.org/10.1016/j.cobeha.2020.08.002

[2] Nicola S. Schutte, John M. Malouff. Connections between curiosity, flow and creativity. Personality and Individual Differences, Volume 152, 2020, 109555. https://doi.org/10.1016/j.paid.2019.109555

[3] Natalie S. Evans, Jamie J. Jirout. Investigating the relation between curiosity and creativity, Journal of Creativity, Volume 33, Issue 1, 2023, 100038. https://doi.org/10.1016/j.yjoc.2022.100038

[4] Madeleine E Gross, Claire M Zedelius, Jonathan W Schooler. Cultivating an understanding of curiosity as a seed for creativity, Current Opinion in Behavioral Sciences, Volume 35, 2020, Pages 77-82. https://doi.org/10.1016/j.cobeha.2020.07.015